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viernes, 28 de enero de 2011

LA INTERPRETACIÓN DE LA NORMA


CONCEPTO. MÉTODOS Y CLASES

Las normas jurídicas, tal y como vienen  dadas por el legislador, son entidades abstractas integradas por una hipótesis y una consecuencia. La hipótesis es, la abstracción de una forma de conducta mediante la fijación de notas fundamentales de categorías de comportamiento, cuya consecuencia en la vida real, con una forma viviente de conducta que tenga las mismas características, tiene como consecuencia el nacimiento de un deber jurídico en vista del cual  debe sobrevenir   una determinada forma de comportarse.  Nos encontramos ante la necesidad de examinar:

a)      Si existe una norma jurídica aplicable a una determinada forma de conducta, o, lo que es lo mismo, si una forma de comportarse de la vida real ha coincidido con los caracteres abstractos de la conducta cuyas notas fundamentales constituyen el tipo de la hipótesis normativa.

b)      Presupuesta la coincidencia de la forma de conducta viviente con las formas de conducta legal, discernir cual sería la consecuencia jurídica aplicable, lo cual significa, en el fondo, precisar el contenido del deber jurídico que ha nacido en vista de la coincidencia norma-comportamiento.

c)      Un tercer momento, que supone el comportamiento del sujeto en forma diferente al contenido  del deber, lleva consigo la necesidad de investigar cuál es la consecuencia jurídica prevista para el comportamiento antijurídico, es decir, cuál es la sanción.

La necesidad de la interpretación surge cuando la norma adquiere un sentido vital en su fase dinámica, y no en la estática, porque sólo ante la posibilidad de su aplicación a un caso concreto es necesario investigar su sentido, investigación ésta que reviste utilidad societaria sólo cuando va referida a esa situación de la vida real.

De lo expuesto podemos deducir  como concepto de interpretación el siguiente: es la actividad que tiene por objeto establecer el sentido y alcance de las normas jurídicas a los fines de su aplicación a la conducta  de los integrantes de la colectividad.

De un análisis del concepto señalado concluimos que interpretar consiste en determinar, tal como ya lo hemos señalado:

a)      La hipótesis jurídica;

b)      La forma de conducta humana viviente, a los fines de establecer si sus características coinciden con la de la hipótesis normativa; y

c)      La forma de conducta consecuencia, que puede ser bien la conducta que el legislador reputa  como debida, o bien si ésta no se ha  producido, lo cual supone una nueva tarea de hermenéutica, la  conducta que el legislador imputa como sanción.

TIPOS DE MÉTODOS

MÉTODO LÓGICO: debe buscarse exclusivamente lo que el legislador que la dictó intentó plasmar en la disposición. Se debería recurrir a las labores preparatorias, al texto de la norma y las demás circunstancias que contribuyeron a fijar lo que quien elaborara la norma pensó debía ser su sentido y alcance, y el cual debe, de acuerdo con esta posición, permanecer invariable a través del tiempo.

MÉTODO HISTÓRICO EVOLUTIVO: la interpretación de la norma jurídica supone la búsqueda de la voluntad del legislador, es decir, situaciones jurídicas preexistentes que determinaron la necesidad de dictar la norma.
En el derecho venezolano la disposición fundamental está contenida por el artículo 4º del Código Civil, de conformidad con el cual “a la ley debe atribuírsele el sentido que aparece evidente del significado propio de las palabras, según la conexión de ellas entre sí y la intención del legislador”.
Ahora bien, de acuerdo con las dificultades  que presencien la forma de expresión de la norma, la interpretación puede ser de diferentes clases: gramatical y lógica.

INTERPRETACIÓN GRAMATICAL: aquella a la cual alude el artículo 4º del Código Civil venezolano, cuando señala que “a la ley debe atribuírsele el sentido que aparece evidente del significado propio de las palabras según su conexión de ellas entre sí”.

INTERPRETACIÓN LÓGICA: descubrir cuál es el sentido normativo, o, como se ha expresado también, la intención del legislador.

CLASES DE MÉTODOS: Las normas  existen en el ordenamiento jurídico, pero no aparecen claramente  a la inteligencia del hombre y éste tiene que apelar a recursos como el de la Analogía y el de los Principios Generales del Derecho, que constituyen para  el sistema venezolano, los métodos de que se vale la llamada integración.

LA ANALOGÍA: debe ser aplicada  una consecuencia jurídica y no se encontrase  dentro del ordenamiento jurídico  una norma precisa, clara, en cuyo supuesto  Derecho encaje la conducta cuestionada. La razón de que se recurra a la Analogía para buscar la norma aplicable al caso concreto  en la hipótesis señalada es la persecución de la seguridad jurídica, mediante la existencia  dentro de sistema de derecho de normas que se adapten  a todas las hipótesis  que pudiesen presentarse en la vida práctica, pues de otra manera  los casos no regulados  no obtendrían la solución  colectivamente organizada  que garantiza la vida normal.

EL MÉTODO


NOTA INTRODUCTORIA

Es necesario abordar el tema en cuestión haciendo la salvedad de que no existe un método rígido de estudio o de investigación, según las fuentes que hemos podido estudiar, señalan que habrían tantos métodos como investigadores existen, pero serían estos “métodos” necesarios en miras a un adecuado desarrollo de la investigación, un método como faro orientador en la búsqueda de la verdad.

Para el caso de nuestra disciplina es necesario señalar que el Derecho está impregnado de sistemática y como tal esconde una metódica que le es inherente. El método se acerca al Derecho en dos momentos cruciales: Cuando se le investiga  y cuando se le interpreta. Para el caso de nuestro estudio abordaremos el primero cuando el derecho es puesto bajo el lente de aumento del investigador y se convierte en objeto de una indagación científica.

El presente artículo pretende de esta manera dar un alcance general como ya señalábamos líneas arriba del método dogmático en relación a su contenido y aplicabilidad en el campo de la investigación jurídica.

ASPECTOS GENERALES

En el sentido amplio de la palabra, método es el camino o proceso que debe seguir para alcanzar un objetivo. Como procedimiento está constituido por etapas generales de actuación que forman su contenido y por las técnicas o procedimientos concretos, operativos, para realizar en  un caso determinado las fases generales de actuación.

De esta manera  podemos señalar que las reglas metódicas no son rígidas si no más bien plásticas. Más que cánones intocables que encierran la verdad, nos ayudan a encontrarla y nos previenen de posibles errores.

Kuprian, define al método en sentido amplio como la cadena ordenada de pasos o acciones basadas en un aparato conceptual determinado y de reglas que permitan avanzar en el proceso del conocimiento desde lo conocido a lo desconocido.

Dentro de una clasificación señalan que los métodos son teóricos y empíricos. Indicando que dentro de los métodos de conocimiento teórico y empírico tenemos la inducción y la deducción, el análisis y la síntesis, comparativo, la elevación de lo abstracto a lo concreto, el análisis histórico y lógico, la observación el experimento y el dogmático.

Una segunda clasificación, según la cual desarrollaremos el tema, refiere que las investigaciones que giran en torno a temas jurídicos se apoyan en alguno de los siguientes métodos: el método exegético, el método dogmático o institucional, los métodos del iusnaturalismo, el método sociológico y el método funcional. Indicando que en los últimos años ha cobrado gran importancia la llamada escuela del Análisis Económico del Derecho, una escisión del método funcional.

Cabe hacer la salvedad de que existen métodos especiales de ciencias concretas y con esto no queremos poner en discusión si el Derecho es ciencia o no, pero el Derecho ha desarrollado su propia metodología en el campo de la investigación.

EL MÉTODO DOGMÁTICO

Partiendo de la definición terminológica definiremos al Método Dogmático en su terminología básica como método (del griego “methodos”): literalmente como el camino hacia algo. En su sentido más general  como medio de conseguir un fin, actividad ordenada de un modo determinado. Señalando de la misma forma que en el proceso de desarrollo del conocimiento se elaboran principios generales del pensamiento tales como la inducción, deducción, análisis, síntesis, analogía, comparación.

En relación al dogma (del griego “dogma”) y cuyo significado fundamental es el de doctrina, o más exactamente doctrina fijada.

Antes de poder determinar un concepto y tomando los aportes de Savigny, refiriéndose a la dogmática jurídica y con ello obtenemos más luces y haciendo un poco de historia, es  que habría consistido en pulir los conceptos utilizados por los jurisconsultos romanos, buscar su exacta definición determinando sus elementos integrantes. Pero además se  trataba de utilizar la abstracción y generalización (instrumentos lógicos) para, ejerciéndola sobre el material legislativo entresacar las instituciones, construyéndolas correctamente y sistematizándolas, y, así mismo, abstraer las doctrinas generales. Esa tarea culminaba en las construcciones.

Si intentaríamos esbozar conceptualmente lo que sería el método dogmático podemos señalar que sería aquella actividad ordenada dentro de la investigación jurídica encaminada al estudio e investigación de la doctrina con la finalidad de realizar abstracciones (instrumentos lógicos, inducción, deducción, análisis, síntesis, analogía, comparación…), con la finalidad de pulir los aportes de los juristas o lo que aparece en el campo normativo, estudiar las instituciones del Derecho con la finalidad de realizar construcciones correctamente estructuradas y proponerlas para su utilización.

Partiendo de la definición antes señalada indicaremos que algunos juristas lo llaman al método dogmático, conceptualismo e institucionalismo. Este se desarrolló a partir de la pandectística alemana que inició su labor reconstructiva de las instituciones jurídicas romanas, pero sería Winsheid, quien delinearía metodológicamente a este movimiento, al considerar que el derecho estaba conformado por instituciones. El Derecho estaría así conformado por instituciones que pueden ser explicadas para el método dogmático en términos jurídicos sin apelar a consideraciones políticas, ideológicas o éticas.

Los tratados de Derecho Civil o Penal por lo general recurren al método dogmático. Autores como Enneccerus, en Alemania donde nace justamente la dogmática, o como Messineo, en Italia, donde esta metodología echo raíces muy fuertes. En América Latina destacan como exponentes de la dogmática civilista el brasileño Pontes de Miranda, los argentinos Alfredo Colmo, Héctor Lafeille, Raimundo Salvat, los peruanos Angel Gustavo Cornejo, José León Barandarian y Manuel de la Puente y Lavalle, esto a manera de un enfoque general.

Esta técnica jurídica constituiría la piedra angular para el Derecho. Es esencialmente la inteligencia del Derecho, consiste en la investigación de los principios generales y de los denominados dogmas jurídicos, es decir los principios técnicos explicativos de los singulares institutos jurídicos cuya finalidad es ayudar al intérprete a entender los institutos jurídicos, y el fin práctico hacer posible la explicación de las normas del modo más adecuado para el caso concreto.

Una investigación de carácter jurídico dogmática concibe el problema jurídico desde una perspectiva estrictamente formalista, descontando todo elemento fáctico o real que se relacione con la  institución o especie legislativa. Su cometido básico será el de interpretar el derecho objetivo, formal.

CONCLUSIONES

Existirán métodos especiales de estudio para determinadas ciencias concretas y/o disciplinas si hablamos de metodología en sentido estricto y  amplio.

El método dogmático en la investigación jurídica podemos señalar que vendría a ser aquella actividad ordenada dentro de la investigación jurídica encaminada al estudio e investigación de la doctrina y el Derecho con la finalidad de realizar abstracciones muy ligada a la inducción, deducción, análisis, síntesis, analogía, comparación con la finalidad de elaborar construcciones, de ahí que también se podría  hablar de método constructivo, institucionalismo.

La dogmática jurídica se inscribe en el ámbito del pensamiento que ubica al Derecho como ciencia o técnica formal.

En relación a la investigación que utilice el método dogmático esta deberá  determinar la naturaleza jurídica de las instituciones que se abordan dentro del estudio o está inscrito el problema


   


domingo, 23 de enero de 2011

HO OPONOPONO



PREFACIO

Crecí sabiendo que yo poseía un secreto muy grande. Sabia como obtener lo que anhelaba pero tenía también la “creencia” de que había que trabajar mucho para conseguirlo, que todo venia con un precio y costaba muy caro. Luego tuve todo lo que una persona podía anhelar material y emocionalmente: casa nueva, autos nuevos, dinero suficiente para viajar y comprar todo lo que quería, un marido que me adoraba, dos hijos sanos y preciosos. Sin embargo, no era feliz; por el contrario, era una persona muy enojada.
Un día, reconocí ese enojo e ira en mi hijo mayor, Jonathan. Ver esto fue un golpe tan grande, que desperté súbitamente y me dije: “Mabel, debes hacer algo al respecto. No puedes seguir así. Esto tiene que detenerse.
En ese momento comencé mi búsqueda. Mi primer seminario fue sobre el tema de los enojos y lo tome con el Dr. Hill, a quien le estoy inmensamente agradecida por todo lo que aprendí con él. Luego practique yoga y visualización con Anna, lo cual me permitió entrar en contacto con el poder increíble que tenemos adentro para crear y atraer aquello que queremos. Experimente el cambio más radical cuando mi amiga Mirta me prestó un libro de metafísica.
!Increíble!. Ese libro sí que me despertó. Hablaba mucho de Jesús (acuérdense que yo soy judía) pero me sentía bien leyéndolo. Es más, no lo quería soltar. Lo hubiese querido leer todo en un día. Empecé a practicar las técnicas que la autora mencionaba en el libro y constate que funcionaban. Esto volvió a confirmar que el poder para cambiar las cosas estaba adentro mío y no dependía de nada ni nadie. Entonces pensé: “Aquí hay un concepto grande, muy grande, y mi corazón empezó a latir de una forma diferente. Estaba feliz como nunca lo había estado antes. Sentía una felicidad interna que no se puede describir con palabras; hay que vivirla, sentirla y experimentarla para saber.
Luego de probar diferentes caminos, entre ellos el de Renacer [Rebirthing], llegué al Ho’oponopono, un arte hawaiano muy antiguo que nos ensena como resolver nuestros problemas. Gracias a sus enseñanzas, descubrí que LA VIDA PODIA SER FACIL, mucho mas fácil de lo que me la había imaginado. Después de mucho buscar, por fin encontré mi camino. Este camino que me permite estar en paz en el medio de una tempestad; me permite sentirme libre independientemente de lo que está ocurriendo a mí alrededor o de lo que los demás están haciendo o diciendo. Es por esto que decidí compartir con ustedes lo que he aprendido hasta ahora a través de este pequeño libro.


INTRODUCCIÓN

Una vez mi maestro Ihaleakala me conto una historia hawaiana de la creación que dice así: Cuando Dios creó la Tierra y puso a Adán y Eva aquí, les dijo que esto era el paraíso, y que ellos no debían preocuparse de nada, que El podría proveerles todo lo que ellos necesitaran. También les dijo que les daría un regalo, la oportunidad de elegir, de tomar sus propias decisiones, que les daría libre albedrio. Entonces, creo el árbol de las manzanas. Les dijo: “Esto se llama ‘pensar’. Ustedes no lo necesitan. Yo les puedo proveer todo. No deben preocuparse, pero pueden elegir si quedarse conmigo o tomar su propio camino”.
Me gustaría aclararles que el problema no fue comer la manzana, el problema fue no hacerse responsables y decir; “Lo siento”. Así fue como Adán tuvo que ir a buscar su primer trabajo. Tal como Adán, siempre estamos mordiendo la manzana. Siempre pensamos que sabemos más. No nos damos cuenta que hay otra forma, que existe un camino mas fácil.
Eckhart Tolle, en su libro El Poder del Ahora, dice: “Las identificaciones delego más comunes tienen que ver con las posesiones, el trabajo que uno hace, el nivel social y el reconocimiento, el conocimiento y la educación… Ninguna de ellas es usted. .Encuentra esto aterrador? .O es un alivio saberlo? A todo esto tendrá que renunciar tarde o temprano… Usted sabrá la verdad de ello por usted mismo. Usted lo sabrá tarde o temprano cuando sienta que la muerte se acerca.
La muerte es desnudarse de todo lo que no es usted. El secreto de la vida es ‘morir antes de morir’ y descubrir que no hay muerte”. Más adelante dice: “Lo bueno es que usted puede liberarse de su mente”. El se refiere a la voz que nos habla incesantemente en nuestras cabezas: “La voz comenta, especula, juzga, compara, se queja, acepta, rechaza, y así sucesivamente. La voz no es necesariamente relevante para a situación en la que usted se encuentra en ese momento; puede estar revisando el pasado reciente o lejano o ensayando o imaginando posibles situaciones futuras.
La vida es una repetición de recuerdos, que son como chips, o casetes que tocan en nuestras cabezas las 24 horas del día. Estos nos manejan e influyen sin que estemos conscientes de ello. No podemos evitarlo, pero si podemos elegir“detener” los casetes.
En este libro utilizo cierta terminología y conceptos que deseo aclarar.
Muchos de ellos se basan en el Ho’oponopono, un arte muy antiguo hawaiano.
En el ultimo capitulo detallo técnicas y herramientas especificas de este arte.
El Ho’oponopono nos ensena como borrar los mencionados casetes, como eliminar los chips que no nos sirven o que ya no están funcionando en nuestra vida. Nos indica como levantar la bruma. Solo cuando borramos y limpiamos es que podemos descubrir quienes somos realmente y el poder que tenemos. Al borrar, limpiar y remover los antiguos recuerdos, permitimos que estos sean transmutados y empezamos a experimentar nuestro verdadero Ser.
El Ho’oponopono es un proceso de perdón, arrepentimiento y transmutación.
Cada vez que utilizamos cualquiera de sus herramientas, estamos tomando el 100% de la responsabilidad y pidiendo perdón (a nosotros mismos). Aprendemos que todo lo que aparece en nuestras vidas es sólo la proyección de nuestros“programas”. Podemos elegir soltarlos y observarlos, o reaccionar y engancharnos.
Todos tenemos incorporado un borrador, la tecla de suprimir, pero nos olvidamos de cómo usarlo. El Ho’oponopono nos ayuda a recordar el poder que tenemos reelegir entre borrar (soltar) o reaccionar, ser feliz o sufrir. Es solo una cuestión de elección en cada momento de nuestras vidas. Cuando en el libro menciono “limpiar” o “borrar”, me estoy refiriendo al uso de las técnicas de Ho’oponopono para borrar los recuerdos y pensamientos que crean nuestros problemas.
Adicionalmente, en varias partes de este libro menciono a los Niños Índigo. Estos son niños que han nacido en diferentes partes del planeta que saben quiénes son y tienen bien claro para que vinieron y cuál es su misión. Están conscientes de la existencia de otros como ellos y se comunican telepáticamente entre sí. Tienen dones psíquicos. Ellos nos hablan de lo que es el verdadero Amor. Nos dicen que lo que nosotros somos es Amor.
Quisiera también aclararles que cuando menciono la palabra Dios no lo estoy haciendo en absoluto en su contexto religioso. Para mí, Dios es esa parte que tenemos dentro que lo sabe todo. En realidad no se puede definir, no tiene un nombre, es solo una experiencia. También notaran que uso la palabra Dios como sinónimo de Amor. Me refiero al Amor Incondicional, aquel que puede curarlo todo. Este es el Amor que tiene todas las respuestas. Cuando menciono los dichos de Jesús, tampoco lo hago en un contexto religioso. El propósito es recordarle al lector que siempre hemos tenido maestros que trataron de despertarnos y hacernos ver la verdad, Por ejemplo, Jesús hablaba de poner la otra mejilla, pero ese es un concepto que hasta el día de hoy nos cuesta entender. Sin embargo, cuando borramos (soltamos) en vez de reaccionar, estamos poniendo la otra mejilla, la mejilla del Amor. El soltar en vez de reaccionar es mostrar la otra mejilla.
Este breve resumen de algunos conceptos básicos que utilizo y que intento transmitir tiene como fin dejar en claro mis puntos de partida. Mi esperanza es que el lector encuentre en este libro una fuente de técnicas, herramientas y sabiduría que le permitan sentir, tomar decisiones y vivir con la libertad, la paz interior y el amor que es patrimonio de todos los seres humanos.



¿QUIÉN SOY?
La única razón de nuestra existencia es la de
descubrir quiénes somos.
Dr. Ihaleakalá Hew Len


Un profesor visita a un maestro Zen y al llegar le dice; “Hola, soy el Dr. Fulano. Soy esto. Soy aquello. Hago tal y cual cosa, etc., etc. y me gustaría aprender Budismo”. El maestro responde: “.Desea usted sentarse?”. “Si. “. Desea tomar una taza de te?”. “Si”. Entonces el maestro vierte un poco de te en la taza y continua haciéndolo aun cuando la taza está llena y comienza a derramarse. El Dr. Exclama: “!La taza esta rebosando!. !Y el te se está derramando!”. A lo que el maestro responde: “Exactamente. Usted ha venido con su tasa llena. Se está rebosando, de modo que como puedo entregarle algo?. Usted ya esta anegado con todo ese conocimiento. A no ser que venga usted vacio y abierto, no puedo entregarle nada…”. La mayor parte de mi vida viví pensando que yo era Mabel, argentina, judía, contadora, etc., etc. Me definía por mis títulos, mis rótulos. Tenía la taza llena de conocimientos que me alejaban de mi misma. Solo creía en aquello que podía tocar o ver. Para mí, todos aquellos que hablaban de lo esotérico eran “locos” o “bohemios” que no sabían lo que estaban diciendo y no pertenecían a este mundo. Esta manera de pensar me trajo mucho sufrimiento. Sin embargo, cuando descubrí que yo era mucho más que mi cuerpo físico, se me abrió todo un mundo nuevo lleno de infinitas posibilidades, un mundo sin rejas. Cuando me di cuenta del poder que tenían mis pensamientos, entendí el porqué y el cómo de la vida.
Muchos de nosotros vivimos con estas rejas. Las sentimos pero no las vemos porque son invisibles. Estas rejas son nuestras creencias, nuestros juicios y opiniones, y sobre todo lo que nosotros pensamos de nosotros mismos. En el preciso instante que decidimos tomar conciencia de quienes somos, dichas rejas se abren y nos damos cuenta que somos libres y que siempre lo hemos sido. Así logramos escapar de la prisión que nosotros mismos hemos creado.
Nos han dicho que somos seres humanos y nos lo hemos creído. Si pensamos que somos seres indefensos y sin ningún poder, eso es lo que vamos a manifestar en la vida. Somos los reyes de nuestro propio imperio y podemos construir y manifestar todo lo que nos propongamos en nuestras vidas. No depende de nadie más que nosotros.
Todos somos hijos de Dios y hemos sido creados a su semejanza. Somos creadores. .Como creamos?. Con nuestros pensamientos. Es así de sencillo.
En la introducción de este libro hablo de los Niños Índigo. Muchos de los mensajes de estos niños llegan a través de James Twyman, quien se comunica con ellos la mayoría de las veces en forma telepática. Ellos nos hablan de la necesidad de “hacer de cuenta” (darnos cuenta) y nos dicen: “Hagamos de cuenta que somos seres iluminados. Hagamos de cuenta que somos amados por Dios. Hagamos de cuenta que somos perfectos tal como somos. Respiremos profundamente y aspiremos a aquello que es verdad. Solo entonces todo tendrá sentido. Es necesario saber que uno aspira a la realidad, la verdad. Construye tu vida fundamentándola en esta verdad. Si aspiramos a aquello que es verdadero, la verdad es automáticamente atraída a nuestras vidas”.
.Quién soy?. Esa es la única pregunta que debemos hacernos en la vida. El descubrir nuestra verdadera esencia e identidad es la razón de nuestra existencia y debería ser nuestra única preocupación, nuestra única meta. Es muy importante descubrir quienes somos.
A través del Ho’oponopono, este arte hawaiano muy antiguo que ahora practico y enseno, aprendí que nuestra mente consta de tres partes: el superconsciente, el consciente y el subconsciente. Esto me ayudo a entender un poco más como funcionamos.
● El superconsciente,  es nuestra parte espiritual. Es aquella parte que, no importa lo que esté pasando, es siempre perfecta. Es la parte que sabe, y sobre todo, tiene bien claro quién es en todo momento.
● El consciente es la parte mental, lo que nosotros llamamos el intelecto. Es un aspecto muy importante de nosotros, porque es el que tiene la capacidad de elegir, ya que disponemos de libre albedrio. En cada instante de nuestra vida estamos eligiendo. .Que elegimos?. Elegimos si vamos a reaccionar y engancharnos con el problema o si  referimos soltarlo y dejar que lo resuelva la parte nuestra que sabe lo que debe hacer. También elegimos si vamos a aceptar que no sabemos nada (y que no necesitamos saber) o si preferimos pensar que nuestro conocimiento es mejor que el de Dios y que podemos resolverlo todo solos y por nuestra cuenta. El consciente es la parte que decide si optar por asumir el 100% de la responsabilidad y decir: “Lo siento, perdóname por aquello que está en mí que ha creado esto”, (Ho’oponopono) o señalar con el dedo y echarle la culpa a otro. El intelecto no fue creado para saber. No necesita saber nada. El intelecto es un regalo, el regalo que tenemos de elegir.
● El subconsciente es nuestra parte emocional. Es el niño interior. Esta es la parte que almacena todos los recuerdos en la memoria. Esta importantísima parte de nosotros es descuidada constantemente, y sin embargo, es la responsable de aquello que manifestamos en nuestras vidas. Esta es la parte que maneja nuestro cuerpo, la que respira automáticamente sin que tengamos que “pensar” en respirar. Es nuestra parte intuitiva. .Alguna vez notaron que se sienten nerviosos y no saben por qué?. El subconsciente nos alerta (si prestamos atención) cuando detecta que esta por pasar algo malo. Si estuviésemos más comunicados con él, podríamos evitar muchos eventos desagradables. Esta parte es la mejor socia que podemos tener. Es muy importante que nos comuniquemos con ella. Debemos aprender a amarla y cuidarla mucho.
Una vez que decidimos continuar en este camino de tomar responsabilidad y somos consistentes, nuestro niño interior hará la limpieza (Ho’oponopono) por nosotros en forma automática, sin que tengamos que pensar. En las clases de Ho’oponopono, trabajamos mucho con este niño interior. Aprendemos como comunicarnos con el, como cuidarlo, y sobre todo, como trabajar con él para “soltar”.
En el libro La Enseñanza de Buda dice: “Aunque un hombre conquiste a miles de hombres en los campos de batalla, solo aquel que se conquiste a si mismo ganara su batalla”.
Una vez leí el siguiente cuento: Había una vez, en algún lugar que podría ser cualquier lugar, y en un tiempo que podría ser cualquier tiempo, un hermoso jardín, con unos manzanos, naranjos, perales, bellísimos rosales, todos ellos felices y satisfechos. Todo era alegría en el jardín, excepto por un árbol profundamente triste. El pobre tenía un problema:!No sabía quién era!. “Lo que le falta es concentración, le decía el manzano.“Si realmente lo intentas, podrás tener sabrosísimas manzanas. Ve que fácil es”. “No lo escuches”, exigía el rosal. “Es más sencillo tener rosas, y !ve que bellas son!”. Y el árbol desesperado, intentaba todo lo que le sugerían, y como no lograba ser como los demás, se sentía cada vez mas frustrado. Un día llego al jardín el búho, la más sabia de las aves, y al ver la desesperación del árbol, exclamo: “No te preocupes. Tu problema no es tan grave. !Es el mismo de muchísimos seres sobre la tierra!. Yo te daré la solución: “No dediques tu vida a ser lo que los demás quieran que seas. Se tu mismo. Conócete, y para lograrlo, escucha tu voz interior”. Y dicho esto, el búho desapareció. .Mi voz interior?. .Ser yo mismo?. .Conocerme?”. Se preguntaba el árbol desesperado, cuando de pronto comprendió. Cerrando los oídos, abrió el corazón, y por fin pudo escuchar su voz interior diciéndole: “Tu jamás darás manzanas porque no eres un manzano, ni florecerás cada primavera porque no eres un rosal. Eres un roble, y tu destino es crecer grande y majestuoso. !Estas aquí para dar cobijo a las aves, sombra a los viajeros, belleza al paisaje!. !Tienes una misión!. !Cúmplela!”. Y el árbol se sintió fuerte y seguro de si mismo y se dispuso a ser todo aquello para lo cual estaba destinado. Así pronto lleno su espacio y fue admirado y respetado por todos. Y solo entonces el jardín fue completamente feliz.
Yo me pregunto al ver a mi alrededor: “.Cuantos serán robles que no se permiten a si mismos crecer?. .Cuantos son rosales que, por miedo al reto, solo dan espinas?. .Cuantos naranjos hay que no saben florecer?”. En la vida todos tenemos un destino que cumplir, un espacio que llenar. No permitamos que nada ni nadie nos impida conocer y compartir la maravillosa esencia de nuestro ser.

 
¿QUÉ ES UN
PROBLEMA?

Un problema sólo es un problema si decimos que lo
es, y el problema no es el problema sino cómo
reaccionamos al problema es el problema.
Dr. Ihaleakalá Hew len


Sin embargo, el subconsciente siempre está tocando las grabaciones. Por eso es tan esencial Hay un dicho Zen que dice: “Tal vez no podamos hacer que los pajaritos dejen de volar alrededor de nuestras cabezas, pero sí podemos evitar que hagan sus nidos en nuestro cabello”. No se trata de  negarlos o de no caer en la tentación de prestarles atención. Se trata de descubrir quienes somos, y cuando lo hacemos, desarrollamos y sentimos una libertad interna tal que estas cosas ya no pueden  distraernos.
Nuestro subconsciente tiene almacenados todos nuestros recuerdos. Mientras los recuerdos están dormidos, acomodados en el banco de nuestra memoria, no nos ocasionan ningún inconveniente. Las personas que aparecen en nuestras vidas, las visitas a ciertos lugares o las situaciones de la vida hacen que esos recuerdos despierten. De ese modo, las memorias se convierten en pensamientos y se manifiestan. Por eso es muy importante saber que en realidad las personas aparecen en nuestra vida para darnos otra oportunidad. .Cual es esa oportunidad?. Es la de responsabilizarnos el cien por ciento y decir: “Lo siento. Perdóname por aquello que está en mí que ha creado esto”. (Ho’oponopono). .Han notado que cada vez que surge un problema uno está siempre presente?. Si el tema no estuviera adentro nuestro, no seriamos capaces de percibirlo. Los problemas son simplemente una repetición de nuestros recuerdos. Son como información que está grabada en una cinta de audio. Cuando se pone a funcionar esta cinta, pensamos que es real. Los problemas se repiten porque, cuando aparecen, reaccionamos y nos apegamos a ellos. No dejamos de pensar en el asunto, y así quedamos atrapados en el en vez de soltarlo. Se han fijado que solo pensamos obsesivamente cuando aparece un problema?. Una vez que se inicia este ciclo vicioso, nos olvidamos que tenemos el poder de detener la grabación.
En su libro El Poder del Ahora, Eckhart Tolle dice: “La mente nunca puede encontrar la solución, ni puede permitirse dejar que usted la encuentre, porque ella misma es parte intrínseca del ‘problema”.
Muchas veces la grabación está funcionando pero el volumen está muy bajo, y por esta razón, ni siquiera estamos conscientes de ella. Sin asumir el cien por ciento de la responsabilidad. Solo de ese modo entendemos que somos simplemente nosotros y nuestras grabaciones, nuestros pensamientos y nuestros programas. Tomemos el ejemplo de una diapositiva proyectada en la pared o en una pantalla. Sabemos perfectamente que, aunque vemos la imagen proyectada en la pared o la pantalla, la misma no esta ahí sino adentro de la maquina. Lo mismo ocurre con nuestros problemas. Cuando estos aparecen, son solo una proyección de lo que está pasando adentro nuestro y no afuera. Sin embargo, nos pasamos la vida tratando de cambiar la pantalla. Ahí no está el problema. Buscamos la solución en el lugar equivocado. Es importantísimo recordar que los problemas, las situaciones y las personas no existen fuera de nosotros tal como los percibimos sino que nuestra percepción es simplemente un reflejo de nuestros pensamientos. Los problemas tampoco son lo que pensamos que son. Nunca sabemos que es lo que está pasando realmente. Los problemas son siempre “oportunidades”. Debemos darnos cuenta que tenemos un efecto sobre el evento o el problema, y que nosotros lo hemos creado. Esta es, en realidad, una buena noticia, ya que, como nosotros lo creamos, nosotros podemos cambiarlo sin depender de nada ni de nadie.
Hay una historia que cuenta que en una aldea había un anciano muy pobre, pero hasta los reyes le envidiaban porque poseía un hermoso caballo blanco. Los reyes le ofrecieron cantidades fabulosas por el caballo pero el hombre decía: “para mí el no es un caballo; es una persona. Y como se puede vender a una persona, a un amigo?”. Era un hombre pobre, pero nunca vendió a su caballo. Una mañana descubrió que el caballo ya no estaba en el establo. Todo el pueblo se reunió diciendo: “Viejo tonto. Sabíamos que algún día te robarían el caballo. Hubiera sido mejor que lo vendieras. Que desgracia!”. “No vayamos tan lejos”, dijo el anciano. “Simplemente digamos que el caballo no está en el establo. Este es el hecho. Todo lo demás es vuestro juicio. Si es una desgracia o una suerte yo no lo se, porque esto es apenas un fragmento. .Quien sabe lo que va a suceder mañana?”. La gente se rio de él. Siempre habían creído que el anciano estaba un poco loco. Pero después de 15 días, una noche el caballo regreso. No había sido robado sino que se había escapado. Y no solo eso, sino que trajo consigo una docena de caballos salvajes. De nuevo se reunió la gente diciendo: “Tenias razón, viejo. No fue una desgracia sino una verdadera suerte”. “De nuevo estáis yendo demasiado lejos”, dijo el anciano. “Decid solo que el caballo ha vuelto.  Quién sabe si es una suerte o no?. Es solo un fragmento. Estáis leyendo apenas una palabra de una oración. .Como podéis juzgar el libro entero?. Esta vez la gente no pudo decir nada más, pero por dentro sabían que él estaba equivocado. Habían llegado doce caballos hermosos. El viejo tenía un hijo que comenzó a entrenar a los caballos. Una semana más tarde se cayó de un caballo y se rompió las dos piernas. La gente volvió a reunirse y a juzgar. “De nuevo tuviste razón”, dijeron. Era una desgracia. Tu único hijo ha perdido el uso de sus piernas y, a tu edad, el era tu único sostén. Ahora estas más pobre que nunca”. “Estáis obsesionados con juzgar”, dijo el anciano. “No vayáis tan lejos. Solo decid que mi hijo se ha roto las dos piernas. Nadie sabe si es una desgracia o una fortuna. La vida viene en fragmentos, y nunca se nos da más que esto”. Sucedió que, pocas semanas después, el país entro en guerra y todos los jóvenes del pueblo fueron llevados al ejercito. Solo se salvo el hijo del anciano porque estaba lisiado. El pueblo entero lloraba y se quejaba porque era una guerra perdida de antemano y sabían que la mayoría de los jóvenes no volverían. “Tenias razón viejo. Era una fortuna. Aunque tullido, tu hijo aun está contigo. Los nuestros se han ido para siempre”. “Seguís juzgando”, dijo el viejo. Nadie sabe. Solo decid que vuestros hijos han sido obligados a unirse al ejército y que mi hijo no ha sido obligado. Solo Dios sabe si es una desgracia o una suerte que así suceda”. En cuanto formamos una opinión o un juicio, nos estancamos; nos esclavizamos.
El libro La Enseñanza de Buda dice: “Aquel que está influenciado por sus gustos y disgustos no puede entender el significado de las circunstancias y tiende a desesperarse ante ellas. Aquel que esta desapegado entiende perfectamente las circunstancias y para el todas las cosas son nuevas y significativas”. Más adelante dice: “La felicidad sigue a la tristeza. La tristeza sigue a la felicidad, pero cuando uno ya no discrimina entre la felicidad y la tristeza, lo bueno y lo malo, uno es capaz de liberarse”. Nada es lo que realmente parece. El intelecto no puede saber. Su conocimiento es limitado. Sin embargo, hay una parte nuestra que si sabe. La diferencia entre el conocimiento intelectual y esa sabiduría innata que tenemos es similar a la que existe entre subir a una silla, mirar alrededor y pensar que lo estamos viendo todo y subir a la cima de la montana y ver el panorama completo. Preferimos hablar con nuestros psicólogos o con los vecinos en vez de hablar con Dios. Tenemos acceso permanente a todo este saber, a toda esta sabiduría que está adentro nuestro, pero preferimos subirnos a la silla y dar opiniones, emitir juicios y expresar nuestros puntos de vista porque es lo que aprendimos a hacer. Estamos adictos a este modo de actuar. Sin embargo, siempre podemos elegir que hacer y cómo reaccionar cuando aparece una situación que consideramos problemática. La siguiente historia ilustra bellamente este concepto: “Un día el asno de un campesino cayo al fondo de un pozo. El animal se quejo lastimeramente durante horas mientras el campesino trataba de encontrar la forma de sacarlo. Finalmente, el campesino decidió que el animal era viejo y de todas formas el pozo necesitaba ser tapado. No valía la pena recuperar al asno. Entonces, el campesino invito a sus vecinos a que viniesen a ayudarle. Todos agarraron una pala y empezaron a tirar tierra adentro del pozo. Al comienzo, cuando el asno se dio cuenta de lo que estaba sucediendo, gimió horriblemente, pero después de un rato, para sorpresa de todos, se calmo. Tras varias paladas de tierra, el campesino finalmente decidió mirar adentro del pozo, y lo que vio lo dejo azarado. Con cada palada de tierra que caía sobre su espalda, el asno hacia algo asombroso. Sacudía la espalda y la tierra caía y se amontonaba bajo sus patas, y de ese modo con cada palada el asno daba un paso arriba. A medida que los vecinos del campesino continuaban echando tierra sobre el animal, el mismo se sacudía y subía mas arriba. Muy pronto, el asno llego al borde del pozo y salió trotando”.
La vida nos echa toda clase de tierra encima. La solución para salir del pozo esta en sacudirnos y dar un paso hacia arriba. Cada uno de nuestros problemas es como un escalón hacia la libertad. !Depende solo de nosotros si lo usamos como tal!.


LA FE

Nuestro verdadero poder es la felicidad, y ésta nos
llega sólo cuando nos rendimos a todo lo demás.
Dan Millman
El Guerrero Pacífico


La mayor parte de mi vida no creí en Dios. Para mí, Dios no existía. Crecí pensando que yo era la que lograba todo en mi vida y que todo lo que tenía se lo debía a mi trabajo, dedicación y esfuerzo personal. Los judíos somos muy tradicionalistas, y yo, como buena judía, respetaba las tradiciones, pero no creía en Dios. Cuando por fin desperté, descubrí adentro mío un mundo nuevo que desconocía por completo. Poco tiempo después le dije a mi hijo mayor: “Jonathan la vida puede ser fácil”. El me miro bien confundido y me dijo: “Eso no es lo que me decías antes”, a lo que yo conteste: “Lo sé. Pero ahora pienso diferente”. En este momento no tengo ni la menor duda, pero esa seguridad, que no se puede expresar con palabras, la encontré en mi corazón. Todos podemos encontrarla porque la llevamos adentro. Como buena contadora, miro los resultados, observo y hago un recuento de mi vida desde que empecé a crecer. Ni yo puedo creer lo que he obtenido.
Algunos encuentran a Dios en el templo o la iglesia. Otros como yo, no lo encontramos allí. Un día despertamos, empezamos a buscar y nos damos cuenta que ni siquiera es necesario levantarse de la cama para encontrarlo. No importa la denominación, no importa como lo llamemos, El (Ella) está siempre con nosotros. Dondequiera que vayamos, El (Ella) nos acompaña. No sabemos, ni tenemos la menor idea de cómo trabaja Dios (Amor). Tampoco conocemos lo que puede hacer. No podemos ni siquiera imaginarlo. Los llamados milagros realmente existen y los podemos experimentar en cada momento de la vida si dejamos de tratar de entender todo con el razonamiento, abandonamos nuestros juicios y opiniones y aprendemos a dejarnos llevar por la corriente de la vida. !Es necesario tomar conciencia de que nosotros mismos somos el mayor obstáculo en nuestras vidas!.
Decimos que confiamos pero no lo hacemos realmente. Decimos que le entregamos nuestros problemas a Dios (Amor) pero seguimos aferrados a ellos. Cuando no dejamos de pensar en un tema, nos angustiamos y preocupamos, le indicamos a Dios (Amor) que queremos solucionarlo todo solos porque no confiamos en El (Ella). De ese modo, no recibimos respuesta a nuestras plegarias porque tenemos “expectativas”. Creemos que somos dueños de la verdad, y cuando pedimos algo a Dios, lo hacemos de una manera casi imperativa.
Explicitamos lo que deseamos, y como, de qué color y a qué hora lo queremos. Sin embargo, Dios sabe antes que le pidamos. El (Ella) esta tan cerca que no  necesitamos gritar. Basta con pensarlo. Dios tiene para nosotros mucho más delo que imaginamos. Solo está esperando que le demos permiso para entregarlo. Si pedimos cosas especificas, como por ejemplo: “Oh, Dios mío, por favor que me llegue el dinero para poder viajar a Europa”, le ponemos limite a nuestra solicitud. Dios nos otorga lo que es correcto en cada momento. En el caso del ejemplo, tal vez lo correcto no sea ir a Europa sino Sudamérica, pero al estar tan encerrados en querer ir a Europa, el dinero no viene porque lo que pedimos no es lo correcto. Al cerrarnos de este modo, nos quedamos sin la posibilidad de recibir lo que es correcto y perfecto en un momento dado. A veces Dios dice que no, como lo hace un buen padre cuando su hijo no puede medir o darse cuenta del peligro o las consecuencias de lo que pide. Por esa razón, el secreto está en pedir lo que es correcto y perfecto, y nosotros no sabemos que es. Luego es necesario soltar y abandonar las expectativas. En el momento preciso nos llegara lo más apropiado y perfecto. Nunca sabemos de dónde va a llegar. Para recibir la sorpresa, debemos dar permiso.
Dios (Amor) trabaja en forma misteriosa. Si lo permitimos, creemos y confiamos de corazón, todo nos llegara sin esfuerzo. Dios es el único que puede abrir ciertas puertas y acercarnos a la gente que nos puede ayudar o apoyar en nuestro camino. El (Ella) nos coloca en el lugar correcto en el momento perfecto solo cuando dejamos de hablar tanto y preguntarle al vecino en vez de a El (Ella) directamente. El solo pensar en Dios nos eleva de nuestros problemas. El estar agradecidos por lo que tenemos también cambia automáticamente nuestra vibración. Siempre hay motivo para estar agradecido.
Los Niños Índigo dicen: “Si imaginan y creen que algo va a pasar, pasa. Si lo imaginan pero no lo creen, difícilmente pasa. Se trata de tener fe y no de “esperar” o “desear” que algo pase”. Tener fe es estar abierto a las posibilidades. Significa que estamos dispuestos a dejar que la vida nos sorprenda, que nos atrevemos a entrar en lo desconocido y a dejar de tenerle miedo a lo que nos parece incierto. Quien tiene fe tiene el corazón siempre abierto. Muchas veces nos quedamos estancados y damos vueltas en el mismo lugar por falta de fe y miedo a lo desconocido. Vale la pena aprender de la semilla, que a pesar de no poder imaginarse como orquídea, tiene la valentía de abrirse, quebrarse y entregarse al proceso de lleno para brotar de la superficie de la tierra y salir a la luz. Un corazón lleno de dolor no puede imaginar lo que se siente al ser amado oal estar en paz. Y así es con todo. Muchas veces tenemos que romper con viejos patrones, viejas formas de pensar y viejas creencias. Esto implica tener que pasar por un túnel oscuro y a veces tener que sentir dolor, pero es la única forma de salir adelante y ver la luz.
Jesús dijo que debemos ser como niños para poder entrar en el reino del cielo. El reino del cielo esta aquí y es ahora. Depende de nosotros el poder experimentarlo. Solo tenemos que dejar de pensar constantemente y dejar de creer que poseemos la verdad absoluta y siempre tenemos razón. Muchas veces, todos estos pensamientos, información y educación nos alejan de lo que realmente somos. La inocencia no es más que la sabiduría que Dios nos regala. Claro que se necesita ser valiente para tomar este camino, pero el triunfo esta cien por ciento asegurado. Es necesario animarse a creer, probar, confiar y entregarse. Cuando empezamos a confiar y tener fe, se transforma algo en nuestro interior y se aclara el pensamiento. Todo se ve diferente. Tratamos de explicar con palabras esta transformación, pero no es posible. No hay palabras para definirla. Simplemente sabemos que hemos encontrado la sabiduría del corazón.
Ahora me gustaría hablar de la fe más importante, la fe en uno mismo. No es imperativo creer en nada afuera nuestro. No es necesario creer en Dios, Jesús, Buda ni Moisés a menos que esto nos haga sentir bien. Lo que si necesitamos es creer en nosotros mismos y en el poder que está adentro nuestro. Para acceder a él, debemos renunciar a muchas creencias, opiniones y juicios sobre nosotros mismos para querernos y aceptarnos tal cual somos. Sé que esto no es algo fácil. Ni siquiera sabemos conscientemente cuales son las creencias que nos están afectando, pero con el proceso que enseno en este libro, no es necesario conocerlas, sino dar permiso para que se vayan.
Cuando uno cree en sí mismo y se ama incondicionalmente, se vuelve invencible. La gente percibe esta cualidad. No es necesario hablar ni decir nada.
Cuando uno confía en sí mismo, cierta gente empieza a alejarse mientras que otra se acerca trayendo las oportunidades que uno anhela. El secreto está en aceptarse tal cual uno es y dejar de creer que uno no es bueno, que no es lo suficientemente inteligente, capaz o digno o que primero necesita obtener el título universitario. Sólo nosotros podemos cambiar lo que creemos de nosotros mismos. Lo más importante es ponerse en primer lugar para dejar de ser esa persona que los otros quieren que uno sea. Es preciso despertar y entender que el poder está adentro nuestro y no en la aprobación de los demás. Cuando uno tiene fe en sí mismo, automáticamente empiezan a crecer sus talentos interiores y se empieza a sentir feliz. La fe tiene que ver con la capacidad de amar y disfrutar la vida.
Nuestra vida transcurre en nuestra propia mente. La guerra está en nuestra cabeza y sólo nosotros podemos devolvernos la paz. Es preciso recordar que en cierto sentido siempre tenemos razón. Si decimos que podemos, podemos. Si decimos que no podemos, así es, no podemos. Estamos aquí para vivir, disfrutar la vida y ser felices. La fe en nosotros mismos nos da la libertad de ser auténticos, y esto a su vez engendra la felicidad que tanto anhelamos.



EL DINERO

Lamentablemente, una vez que obtenemos las cosas
materiales nos damos cuenta que el vacío está todavía
allí, que no tiene fondo.
Eckhart Tolle


El Poder del Ahora

Cuando me separe de mi marido después de veinte años de matrimonio, me fui con lo que llevaba puesto. Ni siquiera me lleve a mis hijos. El padre quiso quedarse con ellos. Yo tenía la certeza de que podía salir adelante sola y me sentí agradecida y contenta de tener la oportunidad de volver a empezar. Por otra parte, a esa altura de mi vida había aprendido que la felicidad no está en lo material y que no necesitaba tener posesiones. Al contrario, cuanto menos tuviese, más libre sería.
Una amiga sugirió que nos fuéramos a vivir juntas para poder buscar un lugar más amplio y lindo. Me pareció una buena idea, y así fue que encontramos una casa bellísima. Nunca imagine que llenaríamos los requisitos necesarios para alquilarla, pero en ese momento, como demostramos tener dos ingresos, fuimos aprobadas. Dos días antes de firmar el contrato de alquiler, mi amiga me llamo y dijo que había cambiado de idea y que se iría a vivir a Arizona. De inmediato llame a la agente de la inmobiliaria para pedirle que pusiera el contrato a mi nombre, diciéndole que yo sería la persona responsable. Ella no tuvo problema en hacerlo porque ya me conocía. Al poco tiempo de firmar el contrato de un ano y mudarme a la casa, me empezó a llegar trabajo de todas partes y pronto me di cuenta que podría pagar el alquiler sin problema y no necesitaba compartir mi casa con otra persona. Ocho meses después de mudarme, el dueño de la casa me llamo y dijo que deseaba vender la propiedad. Me explico que, como sabia que me gustaba tanto la casa, me daría prioridad, pero que si no estaba interesada, en septiembre tendría que marcharme. Por supuesto que yo deseaba comprar la propiedad y quedarme allí, pero con qué?. No tenía dinero para el pago inicial, y como soy contadora, sabía muy bien que no poseía los requisitos necesarios para conseguir un préstamo. Mi intelecto me decía que empezara a empacar, pero algo en mi interior decía que esa no era la mejor opción. En ese momento me dije: “Si Dios considera que este es el lugar para mi, El me conseguirá el préstamo, porque yo no sé cómo hacerlo”. Yo sabía que tenía que hacerme a un lado y dar permiso. Lo mejor era desapegarme, confiar y entregar el asunto al universo.
Dos personas que me habían dicho que podrían ayudarme desistieron durante el proceso. El contrato de alquiler se venció y no conseguí el préstamo, así que tuve que llamar al propietario para decirle lo que estaba pasando. Decidí que en vez de preocuparme por lo que le diría y por como haría para convencerlo, me entregaría a la situación con confianza y fe. Así fue que lo llame, le explique y sorprendentemente contesto: “Bueno, Mabel, en realidad este no es buen momento para poner la propiedad en venta. Te voy a extender el contrato. Escribe una prorroga, mándamela por fax y la firmare”: Finalmente, resulto ser que ni siquiera tuve que llamar a la persona que me consiguió el préstamo. !George me llamo a mí para ofrecer su ayuda, y antes de que se venciera la prorroga me consiguió el préstamo!. !Gracias George!.
Cuando dejamos de apegarnos al resultado y preocuparnos por las situaciones, abandonamos la necesidad de opinar y pasar juicio, tomamos conciencia de que no sabemos nada y nos entregamos y aceptamos el proceso de la vida, por fin ahí experimentamos el fluir de la vida donde todo sucede y nos llega de manera mas fácil. Dios nos ha puesto en la tierra con todo lo que necesitamos. Si miramos a nuestro alrededor notamos que todo lo creado por Dios es infinito y abundante. Solo las creaciones humanas son escasas y limitadas. Los pájaros vuelan despreocupadamente sabiendo que encontraran lo que necesitan para comer ahí nomas, cerca del lugar donde se encuentran.
Manifestar aquello que deseamos requiere mucha FE y una gran CONFIANZA.
El universo solo necesita que demos ese primer paso. Si confiamos y damos nuestro permiso, todo lo que necesitamos viene a nosotros. Lo importante es saber en el corazón (y no en la cabeza) que Dios proveerá y confiar cien por ciento. Cuando creemos que no estamos recibiendo respuesta a nuestros pedidos o no vemos los resultados, no es porque no somos oídos. Muchas veces pensamos en Dios como si fuera nuestro sirviente y le exigimos lo que queremos, explicitando como lo queremos, de qué forma, que color y a qué hora. No es así como funciona el universo. Es necesario pedir sin tener expectativas, solicitar aquello que pensamos es correcto para nosotros y desapegarse. Dios nos da lo que es correcto y perfecto en cada momento. El secreto es CONFIAR y soltar, dejarnos llevar por la corriente de la vida y estar abiertos a recibir del lugar y la persona que menos esperamos.
Nunca dudes de que Dios (Amor) proveerá lo que necesitamos en el momento perfecto. Siempre lo hace. Nuestro problema es que tenemos expectativas, queremos las cosas por anticipado y somos muy impacientes e inflexibles. No nos damos cuenta que todo lo que necesitamos viene de una Fuente única que sabe perfectamente que es lo que necesitamos, cuando y como. Pensamos que nosotros somos los que creamos las oportunidades a través del trabajo, nuestros esposos o nuestras inversiones, pero estos son diferentes caminos y vías por las cuales se manifiestan. Cuando una puerta se cierra es porque otra se abrirá automáticamente. Lo peor que podemos hacer cuando aparece un problema es preocuparnos. Al hacer esto, nos estancamos, quedamos atrapados y acabamos atrayendo mas de aquello que justamente no deseamos. Somos como imanes: Dime lo que piensas y te diré quien eres. Es de vital importancia vivir en el AHORA. Nos pasamos la existencia viviendo en el pasado con nuestros recuerdos y experiencias o en el futuro con nuestras preocupaciones. El dinero, al igual que todo lo demás, llega cuando lo necesitamos, no antes ni después. Solo es necesario abrir nuestro corazón y CONFIAR.
Alguien alguna vez me conto la siguiente historia: Una mujer salió de su casa y vio a tres ancianos de barbas largas sentados frente a su jardín. Como no los conocía, les dijo: “No creo conocerlos, pero tal vez tengan hambre. Por favor entren a mi casa y coman algo”. Ellos preguntaron: “.Esta el hombre de la casa?”. “No”, respondió ella, “no esta”. “Entonces no podemos entrar”, dijeron ellos. Al atardecer, cuando llego el marido, la mujer le conto lo sucedido y el dijo, “!Diles que he llegado e invítalos a pasar!”. La mujer salió a invitar a los hombres a entrar en su casa. “No podemos pasar los tres juntos”, explicaron los ancianos. “.Por qué?” quiso saber ella. En ese momento, uno de los hombres señaló hacia los otros dos y dijo: “El se llama Riqueza y el Éxito. Mi nombre es Amor. Entra y decide con tu marido a cual de nosotros tres desean invitar”. La mujer entro a su casa y le repitió la historia a su marido. El hombre se puso feliz. “!Qué bueno!. Ya que así es el asunto, invitemos a Riqueza. Dejemos que entre y llene nuestro hogar de abundancia. La esposa no estuvo de acuerdo. “Querido por qué no invitamos a Éxito?”. La hija del matrimonio, que estaba escuchando la conversación desde la otra punta de la casa, vino corriendo con una idea: “.No sería mejor invitar a Amor?. Entonces nuestro hogar estaría lleno de amor”. “Hagámosle caso a nuestra hija”, dijo el esposo a su mujer. “Ve e invita a Amor a que sea nuestro huésped”. La esposa salió y les pregunto a los ancianos: “.Cual de ustedes es Amor?. Deseamos que él sea nuestro invitado”. Amor se puso de pie y comenzó a caminar hacia la casa. Los otros dos ancianos se levantaron y lo siguieron. Sorprendida, la mujer les pregunto: “Solo invite a Amor. .Por qué vienen ustedes también?”. Los ancianos respondieron al unísono: “Si hubieras invitado a Riqueza o Éxito, los otros dos hubiesen permanecido afuera. Pero invitaste a Amor, y donde sea que vaya Amor, nosotros vamos con el”. Donde hay amor, hay riqueza y éxito.
El dinero no es malo, al contrario. Lo malo es darle prioridad. Cuando hacemos las cosas por dinero, todo parece difícil, viene y se va rápido y se nos escapa de las manos. Debemos encontrar aquello que amamos hacer, algo que nos da felicidad y satisfacción y que estaríamos dispuestos a hacer aunque no nos pagaran. Todos nacemos con ciertos talentos y dones naturales únicos. Hay algo que podemos hacer mejor que ninguna otra persona. Es algo que tenemos adentro nuestro y que no necesariamente precisa de un título universitario. La abundancia y la prosperidad tienen que ver con nuestra conciencia. Cuando sabemos quiénes somos, sabemos que ya tenemos todo lo que necesitamos. En ese momento, ya somos ricos. Al abrir nuestro corazón y confiar, damos permiso para que todo se manifieste en nuestras vidas.



LOS MIEDOS

Conoced la verdad y ella os liberará.
Jesús


En este camino de búsqueda espiritual que decidí recorrer, tuve que enfrentar muchos de mis miedos. Sentí miedo al dejar mi matrimonio de más de veinte años, al dejar a mis hijos, al volver a empezar mi carrera, al firmar contrato de alquiler donde yo asumía toda la responsabilidad sin tener ningún respaldo económico. Sin embargo, la fe y la confianza en mí misma me permitieron actuar a pesar de mi miedo. Una voz interior me dijo que yo podía hacerlo. Pero dicha seguridad no vino sola; la fui obteniendo a medida que fui trabajando en mi propia persona –leyendo libros, tomando seminarios, animándome a enfrentar y aceptar las cosas que debía cambiar. Aprendí mucho de las experiencias que me brindaron las clases de “Renacimiento” (Rebirthing) y el Temascal (Swat Lodge).
Dentro del Temascal está totalmente oscuro y hace muchísimo calor. El calores tan intenso que duele el pecho al respirar y uno siente que se va a morir. El indio americano que lideraba la experiencia nos explico que en el Temascal uno no tiene mas opción que la de entregarse y verse a si mismo. Recuerdo que tuve dos pensamientos muy importantes estando ahí: “Si Dios me permite hacer esto es porque debe ser seguro”, e inmediatamente me dije: “Mabel, si eres capaz de superar esta experiencia, eres capaz de todo”. Creo que deje muchos de mis miedos en ese Temascal.
Cuando descubrimos quiénes somos y el poder que tenemos, entendemos que no hay nada que temer. Siempre estamos cuidados. Siempre estamos protegidos.
Todos los seres humanos padecemos los miedos, podríamos decir que es como una enfermedad. Somos adictos al miedo, al sufrimiento. Preferimos sufrir porque nos es familiar. Sabemos cómo se siente. A pesar de sufrir, nos sentimos cómodos. El temor es lo conocido, lo de todos los días.
Cuando nos animamos a enfrentar y atravesar nuestros miedos, llegamos al otro lado del túnel, vemos la luz, reconocemos lo que es verdad y, no solo nos sentimos triunfadores y muy bien con nosotros mismos, sino que miramos hacia atrás y vemos que nada es tan terrible como nos habíamos imaginado.
Una vez tome una clase de negocios donde cierta persona nos conto la historia de cómo se había convertido en agente vendedor de casas. Era muy joven, y el primer día de trabajo su jefe le pregunto: “.Quieres vender casas?”. Él por supuesto contesto enseguida que sí. El jefe lo llevo a un barrio y le dijo:“Aquí es donde te voy a dejar. Te recogeré en cuatro horas. Ve y golpea puerta por puerta y pregunta a la gente si quiere vender su casa”. Le dejo un papel con cien casilleros y le dijo que, cada vez que alguien le dijera que no, pusiera una cruz en uno de los casilleros. “Ve a buscar tus primeros cien NO”. El joven no lo podía creer; pero ni modo, no había como huir de la situación. Resulto ser que muchos le dijeron que NO, pero para su sorpresa, muchos le dijeron que SI, que justamente lo estaban pensado y les interesaba obtener mas información. En ese momento el joven se dio cuenta que con cada persona que le decía NO, se acercaba más a la posibilidad del SI. Todos sentimos un gran temor al NO, un enorme temor al rechazo. Sin embargo, si no nos arriesgamos a recibir un NO, nunca recibiremos los SI. .Que pasa si la gente nos dice NO?. Si lo pensamos bien, no es tan grave. La capacidad de superar este miedo es lo que diferencia a la gente que obtiene mucho en la vida de la que no obtiene casi nada; a la que tiene éxito y se supera, de la que queda estancada. Evidentemente el temor tiene que ver con nuestras propias inseguridades. No sabemos quiénes somos, ni conocemos el poder que tenemos a atraer aquello que es perfecto y correcto para nosotros. Cuando confiamos y creemos en nosotros mismos, sabemos reconocer que cada momento es perfecto. Si alguien nos dice que NO, no solo no es grave sino que tal vez sea porque lo que buscábamos no era perfecto y correcto para nosotros en ese momento. Quien posee fe sabe que en estas ocasiones muchas veces viene en camino algo mejor y más grande, y lo espera con certeza y confianza. En cambio, quien está perdido y confundido y no conoce su verdadera identidad siente un profundo miedo que lo paraliza.
Todos sentimos miedo, desde el que barre las calles hasta el presidente de una nación. Los miedos no tienen jerarquía. La diferencia es que alguna gente se atreve a sentirlos y a seguir delante de cualquier forma.
Es necesario ser valiente para realizar estos cambios. Pero si no lo hacemos, nadie lo hará por nosotros. Ni Jesús ni Buda volverán para rescatarnos. Lo que necesitamos para transformarnos está adentro nuestro. La transformación es interior. No hay otra forma de hacerlo. No existe un atajo en esta búsqueda. Cada uno de nosotros elige su camino. Cuanto más valientes somos, mas lejos llegamos y más posibilidades se presentan a nuestro paso. La buena noticia es que los miedos existen solo en nuestra mente. Son creados por nosotros mismos. Solo nosotros podemos cambiarlos. Las creencias y los recuerdos pueden ser borrados. No los necesitamos para sobre vivir. De este proceso depende nuestra libertad. Al abandonar la prisión que hemos creado en nuestras mentes, le abrimos la puerta a nuestra alma y recuperamos la libertad.
Los miedos y el sufrimiento, así como la valentía, son opcionales, dependen simplemente de lo que elegimos en cada momento. Muchas veces es necesario detenerse en medio del camino y realizar cambios drásticos. De cierta forma, debemos morir primero para poder empezar a vivir. Hablo de la muerte de esa parte nuestra que no es real, de eso que nos creíamos que éramos, de la imagen que le vendimos a los demás y, peor aún, que nos vendimos a nosotros mismos.
El temor es como confiar en lo malo, saber que aquello malo que imaginamos va a suceder. El temor también mueve montanas.
Una vez leí que el éxito en la vida no se mide por lo que hemos logrado, sino por los obstáculos que hemos tenido que enfrentar.
Muchas veces la felicidad esta a la vuelta de la esquina, esa esquina que nunca nos atrevemos a doblar.



EL AMOR

El amor es la espada del guerrero: dondequiera que
corta, da vida, no muerte.
Dan Millman
El Guerrero Pacífico


Cuando alguien le pidió a una de las Niñas Índigo que hablara sobre el amor, ella se rio como si le estuvieran haciendo una pregunta extraña y respondió: “No puedo hablar del amor; si pudiera, entonces no sería real, porque el amor no tiene nada que ver con las palabras”. “Y entonces”, insistió la persona,“.que es el amor verdadero?”. Ella volvió a reírse y dijo: “Lo has vuelto a hacer. Ves que difícil es?”.
No importa cuánto tratamos de no racionalizar, es casi imposible. Siempre estamos tratando de entenderlo todo con nuestra mente y luego queremos que ese entendimiento salga de nuestras bocas. Pero la mente no puede entender el amor porque este último no tiene nada que ver con el ‘pensamiento’.
Dan Millman, en su libro El Guerrero Pacífico dice: “El amor no se puede entender, hay que sentirlo. La vida no es imaginarnos perfección y triunfo, es solo amor. Siempre tratamos de transformarlo todo en un concepto mental. !Olvídate y siente!.
Una vez les dije a mis hijos Jonathan y Lyonel que los querría pase lo que pase, que mi amor no dependía de lo que ellos hicieran o dejaran de hacer, ni de su comportamiento, y que tampoco dependía de si obtenían o no un título universitario. Los dos abrieron los ojos bien grandes y me miraron como si les estuviera diciendo la cosa más rara que habían escuchado en sus vidas.
Estamos muy mal acostumbrados y transmitimos nuestras costumbres a nuestros hijos. Así aprendimos a vivir. No conocemos una manera mejor. Desde la infancia, nos ensenan que debemos hacer cosas o comportarnos de cierta forma para obtener el amor y la aceptación de los demás. Pero lamentablemente en ese proceso no aprendemos a amarnos ni aceptarnos. Y paradójicamente, la gente nos trata de la forma en que nos tratamos a nosotros mismos. De este modo, el deseo de amor y aceptación se ve frustrado por nuestra propia incapacidad de amarnos a nosotros mismos.
Sin amor propio, no podemos amar a nadie más. El no aceptar esta verdad es engañarse y engañar a los demás. Lo esencial es aprender a amarse y aceptarse tal cual uno es. No sirve hacer las cosas por los demás. Si algo no funciona para nosotros, no funcionara para los otros. Especialmente las madres tendemos a creer que tenemos que sacrificar lo que es importante para nosotras y relegarnos por nuestros hijos. Sin embargo, el mejor regalo que les podemos brindar a nuestros hijos es el amarnos a nosotras mismas. Así pueden ellos observar, y a través de nuestro ejemplo, aprender a amarse a si mismos sin necesidad de buscar el amor en los lugares equivocados. Cuando estamos en el lugar correcto, permitimos que los demás también lo estén. Cuanto más nos esmeramos por obtener amor haciendo cosas y comportándonos de cierto modo por los demás, mas nos alejamos de la posibilidad de experimentar aquello mismo que tanto anhelamos. Debemos aprender a ser felices y disfrutar de cada instante de nuestra vida sin darle importancia a lo que los otros piensan de nosotros. Lo más importante es lo que nosotros pensamos de nosotros mismos. El amor hacia nuestro propio ser es la herramienta de transformación mas poderosa. El amor empieza por nosotros. Es inútil buscarlo afuera. No existe. Nos pasamos la mayoría del tiempo buscando amor en el lugar equivocado, siempre mendigándolo de los demás sin saber por qué .Este es otro grave error que solemos cometer. Pensamos que para ser felices necesitamos tener una pareja. Creemos que el otro nos va a dar esa felicidad que tanto anhelamos. Pero incluso cuando conseguimos que otro nos ame, no nos sentimos felices. Sentimos que no estamos completos y buscamos en el otro aquello que creemos que nos falta. Esta es una pérdida de tiempo. El amor debe buscarse adentro de uno. Después de encontrarlo, de sentirse bien con uno mismo, de aceptarse y amarse, uno descubre que en realidad no “necesita” a nadie. Entonces busca a alguien porque “desea” y “elige” estar en pareja. En este contexto uno actúa libremente por elección y no por necesidad.
La falta de seguridad en nosotros mismos nos impide amar  verdaderamente.
Decimos que amamos pero lo hacemos de una manera posesiva. Las madres por ejemplo, no permitimos a nuestros hijos que sean ellos mismos y los mantenemos esclavos de nuestras opiniones y puntos de vista. Muchas veces creamos relaciones amorosas donde sufrimos tremendos celos. Esto no es Amor, pero no podemos evitarlo, son las viejas cintas grabadas tocando de nuevo en nuestras cabezas. No podemos ver a la gente tal cual es. La vemos a través de nuestros pensamientos y recuerdos.
En el arte hawaiano del Ho’oponopono se utilizan dos herramientas muy importantes: “te amo” y “gracias”. Cuando las usamos en voz alta y se las decimos a alguien, son tremendamente poderosas y valiosas. Cuando alguien nos hace algo que consideramos injusto, cuando una persona nos dice algo que nos molesta, en vez de contestar, en vez de darle nuestro punto de vista y tratar de convencerla de que tenemos razón, podemos repetir en nuestra mente las veces que sea necesario: “Te amo. Te amo. Te amo”, o “Gracias. Gracias. Gracias”. Estas herramientas suelen provocar resultados sorprendentes. A veces la persona se disculpa cuando menos lo esperábamos, otras veces, puede que siga en lo mismo, pero uno ya no lo nota ni se siente afectado. Con cierta gente, las dificultades son más pasajeras que con otras. Con algunas personas tenemos más recuerdos. No debemos olvidar que todo cambia según nuestra percepción de los eventos, las personas y las situaciones. Lo mismo pasa con los demás. Todo depende de su percepción, su punto de vista, sus memorias. La vida es como una película que vimos ya muchas veces y sigue repitiéndose una y otra vez porque seguimos reaccionando constantemente.
Nuestra reacción a los problemas es una repetición de recuerdos. Las dificultades suelen ser obstáculos que ya hemos encontrado antes pero que jamás hemos resuelto. Por esta razón, la situación regresa para darnos la oportunidad de reaccionar de forma diferente. La gente suele aparecer en nuestras vidas para movilizarnos y mostrarnos las partes de nosotros mismos que necesitamos cambiar. Las relaciones son simplemente espejos en los que nos vemos reflejados.
Tenemos la posibilidad de elegir no reaccionar. Podemos poner la otra mejilla. La mejilla del amor. Sabiendo esto, podemos tomar mayor conciencia y elegir hacernos responsables. Por ejemplo, si uno tiene problemas con sus hijos, lo mejor es hablarles cuando están dormidos. Lo único necesario es decirles que los amamos y que les agradecemos que estén en nuestra vida. No es propicio darles nuestros puntos de vista, a menos que ellos los pidan. Tampoco es productivo tratar de convencerlos de que uno tiene razón y ellos no. Es muy difícil saber lo que es bueno para nosotros. .Como podemos saber lo que es bueno para los demás?.
El agradecimiento es también una herramienta muy poderosa. Cuando uno se siente deprimido o angustiado, lo mejor es pensar en todas las cosas buenas que tiene en su vida. Practicando esto, muy pronto nos cambia la energía. Nos elevamos, estamos mas allá de los problemas. A veces no nos damos cuenta de todo lo que tenemos porque nos concentramos en aquello que “creemos” nos falta. En realidad ya lo tenemos todo, incluyendo el amor. Solo debemos dar nuestro permiso para recibirlo y poder así experimentarlo.
No podemos esperar que los demás nos hagan felices. Solo podemos encontrar verdadero Amor adentro nuestro. El secreto de la felicidad no está en buscar afuera ni en buscar más, sino en desarrollar nuestra capacidad de amar y disfrutar.


EL CAMINO
MÁS CORTO
Y MÁS FÁCIL

Dios sólo pide que cuidemos muy bien de nosotros
mismos y que digamos “lo siento”.
Dr. Ihaleakalá Hew Len


Cuando desperté y empecé mi búsqueda, probé diferentes formas y caminos para llegar a la verdad, pero cuanto más probaba, mas sentía que algo adentro mío decía que tenía que haber una forma más rápida y más fácil.
Cuando por fin llegue al Ho’oponopono, no me di cuenta enseguida de que la había encontrado. Pero paso el tiempo, y un día tomando una clase con mi maestro Ihaleakala, sentí en el alma la inconfundible certeza de que esto era lo que había estado buscando. Ya no necesitaba nada más. Gracias a Dios, mi búsqueda había concluido. Primero y principal, descubrí que no necesito ni dependo de ningún gurú. Puedo realizar el proceso sola, pues me comunico directamente con la divinidad, sin intermediarios. Lo único necesario es limpiar y borrar (perdonar). El resto se deja en manos de Dios. Mientras me ocupe de borrar y limpiar (perdonar) no tendré por que preocuparme. Dios se encarga de colocarme en el lugar correcto a la hora perfecta. Mientras yo esté borrando, habrá alguien que me estará cuidando. Yo no necesito hacerlo.
En este capítulo final, deseo resumir los puntos principales del Ho’oponopono, la sabia doctrina ancestral que me ha otorgado las herramientas que han cambiado mi vida. Estos conceptos son muy simples. Lo único que la divinidad nos pide es que asumamos plena responsabilidad, pidamos perdón y cuidemos muy bien de nosotros mismos. !Eso es todo!. El asumir el 100% de nuestra responsabilidad es el camino más corto.
Cuando nos damos cuenta que solo son “nuestros programas” los que no nos permiten ver las cosas con claridad, dejamos de culpar los factores externos y decidimos tomar responsabilidad, las puertas del paraíso se abren para nosotros y alcanzamos un estado de infinitas posibilidades. En cambio, cuando estamos enojados con alguien o por algo, perdemos nuestra libertad. Nuestros propios sentimientos de odio nos condenan y atan. Somos esclavos de ellos. De este modo sólo nos dañamos a nosotros mismos. Podemos liberarnos a través del perdón. El perdonar forma parte del camino más corto y mas fácil. Pero no es necesario hablar con nadie para informarle que lo hemos perdonado. Este es un trabajo interno. Es un proceso que se da entre nosotros y Dios cuando decimos: “Divino creador, perdóname por aquello que está en mí que ha creado esto”.
En mi caso, por ejemplo: no es que ya no me enoje; no es que ya no reaccione o no tenga problemas. La enorme diferencia es que ahora mi enojo dura unos pocos minutos hasta que regreso a mi centro, me acuerdo y tomo conciencia. Entonces me digo a mi misma: “Esto lo estoy creando yo, son mis pensamientos del otro. Es producto de mis programas, mis grabaciones, mi percepción. Yo puedo borrarlo”. Este simple proceso me da una tranquilidad que no puede describirse con palabras. .Por qué?. Porque no quedo atrapada en pensamientos tales como: “Como es que me dijo esto?. .Como me hizo eso?”. No espero que la otra persona cambie, reaccione de una forma determinada o haga algo específico. !Qué alivio!. No dependo de nada ni de nadie afuera de mí. Tampoco me impongo la  necesidad de ser perfecta, ni de agradar a todo el mundo. No necesito convencer a nadie sobre mis puntos de vista. Aprendí a respetar y reconocer que todos tenemos libre albedrio y no todos elegimos lo mismo. Sin embargo, esta realidad ya no me causa ansiedad. No hay problema. El bien y el mal son parámetros que creamos en nuestra mente. Mientras nos amemos y cuidemos a nosotros mismos, amaremos y cuidaremos a los demás.
Entonces, .cuales son las claves de este proceso liberador?.
● Primero y principal es necesario tomar plena responsabilidad de nuestras vidas. Debemos aprender a decir: “Lo siento, perdóname por aquello que está en mi que ha creado esto”. De este modo tomamos responsabilidad y desde ese lugar nos perdonamos a nosotros mismos. Como tenemos recuerdos en común, basta con que uno tome la responsabilidad de pedir perdón para que esos recuerdos se borren de uno y de los demás. Sin embargo, es esencial recordar que cuando hacemos esta limpieza, la hacemos por nosotros, no por los demás. Hemos venido para salvarnos a nosotros mismos y a nadie más, pero lo hermoso de este proceso, es que nos beneficiamos todos.
● También es necesario entregarse y aceptar que el intelecto no conoce la esencia de la realidad, pero que hay una parte nuestra que sabe lo que es mejor y cómo hacerlo. Si permitimos que lo haga, esa parte que sabe nos guiará para encontrar la solución perfecta y correcta para nosotros.
● Y lo más importante para experimentar el resultado de esta “limpieza” es hacerlo todo el tiempo como la respiración. Saben lo que pasa si nos olvidamos de respirar?. Lo mismo pasa con esta limpieza. Hay que hacerla todo el tiempo. Por supuesto que somos humanos y que muchas veces nos olvidaremos. Otras veces no podremos evitar el reaccionar. Lo esencial es practicar este método lo más posible, inclusive cuando parece que no está pasando nada, o que uno no tiene ningún problema. .Por qué?. Porque la mente toca las grabaciones todo el tiempo. Repite permanentemente los programas que tenemos grabados aunque no estemos conscientes de ello. Por suerte, siempre tenemos la posibilidad de estar borrando. De esta forma damos permiso para que aparezcan en nuestra vida nuevas ideas y oportunidades. Muchas veces, estas vendrán de los lugares y las personas más inesperados. Es necesario practicar, practicar y practicar. Durante toda la vida hemos practicado el reaccionar y el sufrir. Hemos incorporado la reacción y el sufrimiento tan profundamente que lo hacemos de forma automática. Somos expertos en, y hasta diría casi adictos a, esta forma de existir. Al principio la limpieza puede parecer algo difícil; pero luego se incorpora en la vida diaria como la respiración y se usa automáticamente porque uno empieza a sentirse diferente y a ver los resultados. Uno empieza a notar cambios en su vida. Empieza a experimentar una profunda paz interior.
● Es esencial no tener expectativas. El secreto es estar abierto y flexible, porque nunca sabemos de dónde va a venir lo que recibiremos. Debemos confiar que vendrá lo correcto para nosotros. Tal vez no sea lo que esperábamos, pero será lo apropiado. Esto no es porque no nos escucharon, porque es una prueba o porque no lo merecíamos. Debemos permitir ser sorprendidos por el universo. De ese modo recibiremos dones inimaginables. La ley del universo es que si pedimos algo, se nos otorga.
El universo debe responder. Es necesario pedir y dar permiso. Una forma de pedir es usando las herramientas del Ho’oponopono. Pero debemos desapegarnos del resultado. Esto se logra sabiendo y confiando que nos llegara aquello que es correcto y perfecto para nosotros.
Ahora bien, existen herramientas muy concretas para borrar los programas que repite nuestra mente. Una de ellas es repetir mentalmente y en voz baja: “llave de la luz, llave de la luz, llave de la luz”, todo el tiempo. Con esta frase, metamórficamente “apagamos” el interruptor de nuestros programas. Muchas veces la gente me dice: “.Como puedo prestar atención cuando la gente me habla, si estoy pensando: ‘llave de la luz’?”. En primer lugar, vale la pena recordar que la gente casi nunca dice lo que realmente quiere decir. Si alguien nos cuenta su problema, solo lo hace para darnos la oportunidad de borrar y limpiar las memorias que tenemos en común. Recordemos que solo son nuestras pantallas, nuestros monitores. La próxima vez. Antes de reaccionar, antes de dar un consejo o una opinión, pensemos: “llave de la luz”. Es muy probable que acabemos diciendo justo lo que la persona necesitaba escuchar en vez de lo que nosotros pensábamos que necesitaba escuchar. Muchas veces ni siquiera es necesario hablar, contestar ni decir nada para que la persona termine sintiéndose mejor o acabe encontrando sola, de forma milagrosa, la solución a su problema.
Llave de la luz es la contraseña. Cuando estoy preocupada por mis hijos, ansiosa por el dinero o resentida con alguna persona, no dejo que mi intelecto se interponga y empiece con el cotorreo. Solo repito mentalmente: “llave de la luz, llave de la luz, lleve de la luz”.
No tengo la menor duda de que funciona, pero es importante recordar que si decidimos probar, pueden pasar cosas diferentes en el caso de cada persona. Tal vez veamos los resultados inmediatamente. Tal vez lleven un poco de tiempo. Tal vez no nos “demos cuenta” de nada hasta mucho después de que haya pasado.
Otra herramienta para limpiar es repetir: “azul hielo”.
Una vez le dije a mi hijo Lyonel, de 16 anos, que cuando se lastimara podía simplemente pensar: “azul hielo, azul hielo”. Un día estábamos desayunando y me mostro que se había lastimado. Le pregunte: “Lyonel .usaste el azul hielo?”.
Su respuesta fue: “Si mami .y sabes qué?. Cuando me siento frustrado o angustiado también lo uso y me tranquiliza mucho”. En ese momento recordé que el azul hielo se puede usar para cualquier tipo de sufrimiento, tanto físico como emocional.
Otro día le dije a mi hijo: “Lyonel, se que hablo de cosas que suenan raras, pero realmente funcionan”. El me respondió: “Si, mami, claro que funcionan. Te acuerdas que me dijiste lo que tenía que hacer en la escuela?. Bueno, después de que lo hice, empecé a tener mejores calificaciones”. Hace poco Lyonel me comento que no podía creer lo bien que se llevaba con todos sus profesores.
Vale la pena mencionar aquí que los problemas físicos, las enfermedades, también son recuerdos y también los podemos borrar y limpiar. Estamos acostumbrados a tratar el dolor o la molestia física, pero ahí no es donde está el problema. El problema está en la memoria grabada en alguna de las miles de grabaciones que tenemos en nuestra mente. .Como sabemos en cual?. .Como la encontramos?. Pues bien, no necesitamos saber ni que recuerdo, ni que grabación es, porque Dios (Amor) lo sabe. Solo es necesario dar permiso (repitiendo por ejemplo llave de luz, azul hielo, gracias o te amo) y Dios sacara la cinta grabada que contiene esos recuerdos y otros que están en la misma cinta aunque nosotros ni lo sepamos. Eso si, debemos dar permiso. Si no, Dios no puede hacer nada.
Una tercera herramienta es repetir: “papel para moscas”.
Mi hijo Jonathan peleaba mucho con su novia. Le sugerí que la próxima vez que tuvieran una discusión, el optara por quedarse callado y repitiera mentalmente las palabras: “papel para moscas”. Unos días mas tarde, me llamo y dijo que necesita hablar conmigo. Me conto que tuvo un problema con la novia,  pero que esta vez se preocupo mucho porque sintió ganas de pegarle. Le pregunte: “.Usaste el papel para moscas?”. Su respuesta fue: “Si, mami, y eso fue lo que me detuvo”.
Seguramente muchos pensaran que esto es demasiado fácil, que no puede ser.
Sí, estoy de acuerdo, suena fácil y es muy fácil. El proceso en si es muy fácil. Lo difícil es hacerlo todo el tiempo. En cada momento de nuestra vida tenemos la oportunidad de tomar el 100% de la responsabilidad y borrar nuestros programas, pero en general reaccionamos, nos preocupamos, opinamos y de esta forma perdemos tiempo y energía. Solo basta con recordar que los problemas no son los problemas. La manera en que reaccionamos es el problema. Las opiniones y los juicios que tenemos sobre el problema es el problema. Lo peor de todo es que, cada vez que decidimos reaccionar en vez de soltar. Sacrificamos nuestra verdadera identidad, de querer tener razón.
Solo tenemos dos caminos para elegir: vivir según nuestro verdadero ser o según nuestras cintas pre programadas; dejarnos llevar por la inspiración divina o por nuestros programas viejos que ya han sido probados y no funcionan. Cuanto más borramos, mas empezamos a tener la experiencia de nuestro verdadero ser. La razón de nuestra existencia en este mundo es descubrir quienes somos, y a través de la limpieza lograda usando las herramientas del Ho’oponopono, experimentamos cada vez mas nuestra verdadera identidad.
Quiero aclararles que cuando utilizamos cualquiera de estas herramientas, significa que estamos tomando cien por ciento responsabilidad y estamos diciendo implícitamente: Lo siento, perdóname por aquello que está en mi que ha creado esto. Estamos orando.
El orar nos permite elevarnos más allá de los problemas y de lo que no es real.
De esta forma permitimos que los problemas sean transmutados. Es una forma de encender la luz en una habitación oscura y de esa forma poder ver las cosas más claramente. Entonces, .por que limpiarnos?, .por que pedimos perdón?. Porque queremos ser libres, porque estamos cansados de vivir las mentiras que decidimos creer, porque ya sufrimos suficiente. Es hora de encontrarnos a nosotros mismos, de  descubrirnos, de ser felices, de disfrutar de la vida, de descubrirnos, de ser felices, de disfrutar de la vida, de querernos y aceptarnos tal cual somos.
Nuestra condición humana es la de ser felices. Notaron que cuando estamos felices todo se presenta en forma fácil?.
El viaje es largo. Tenemos mucho que limpiar, mucho que borrar. Es un trabajo que debe hacerse las 24 horas del día, pero las recompensas son inmensas. En el proceso podemos experimentar amor, disfrutar de la vida y descubrir que ya somos seres perfectos. Podemos atraer todo lo que necesitamos sin esfuerzo. Podemos aprender a ser nosotros mismos y a amar incondicionalmente.
Podemos elegir el sufrimiento o la felicidad, la enfermedad o la salud, el miedo o el amor. Decidamos lo que decidamos, estará bien. Sera nuestra elección.

Cuídense mucho.
Reciban todo mi amor.
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